viernes, 25 de junio de 2010

EL CHARANGO MÁS GRANDE DEL MUNDO.

Se puede afirmar con certeza que Mauro Núñez  (1902-1973) vivió para el charango y que su memoria evocará siempre a este noble instrumento musical. Se dice que fue de los pocos bolivianos que llegó a presentar temporadas de actuación en el Teatro Colón de Buenos Aires, escenario de arte clásico, y que el Patriota Latinoamericano Juan Domingo Perón se interesó por conocer a este maestro en los tiempos en que Ariel Ramírez lo incorporó a su elenco. Sus primeras interpretaciones  llevadas al disco datan de 1957 y los charangos construidos por Mauro Núñez se encuentran en varios museos bolivianos y existen réplicas de ellos en otros museos de Estados Unidos de Norteamérica, Canadá, Japón, España, etc.
Además de músico, Mauro Núñez fue escultor, fundador de la Escuela de Folclore, que más tarde levaría su nombre  e inventor de instrumentos musicales que han enriquecido la cultura boliviana.
Tanto aprecio ha merecido este ejemplar boliviano que la población del municipio de Villa Serrano, ubicado en la provincia Belisario Boeto, en el departamento de Chuquisaca; ha encarado la realización de la que fuera idea original el mismo Mauro Núñez: El “CHARANGO MAS GRANDE DEL MUNDO” en su homenaje, cuyas monumentales dimensiones son de 6,13 metros de largo y 1,13 metros de ancho y con clavijas de 80 cms. Este instrumento musical fue esculpido de una sola pieza de un árbol de unos 250 años de edad, posee el rigor que un buen charango requiere para ser interpretado, aspecto que realza su valor artístico, cultural y musical. Por sus características técnicas se sabe que se trata de un charango hecho a escala, cuidando minuciosamente cada detalle, revestido de trebejos tecnológicos, priman en su totalidad criterios de alta calidad, que garantizan su acabado, con facultad de poder ser  pulsado y formar parte de un gran conjunto musical. La alegoría representada en sus partes anterior y posterior, exponen el contexto artístico y cultural de la provincia. En el clavijero –parte frontal- presenta el rostro del maestro Mauro Núñez, una espiga de trigo, una tinaja de "chicha" (bebida típica del lugar); asimismo, un libro como símbolo del estudio musical. El brazo, expone trastes fabricados a exclusividad y ubicados a escala. En la parte posterior, la caja de resonancia presenta la cara del hombre risueño y trabajador, seguida en su parte central el cerro "achachi" (cerro místico y vigilante de la provincia). Por un costado resalta el escudo oficial de la provincia, seguido de un pescado en alusión al "río pescado", fuente esencial para  la producción agrícola. Le siguen la cara que representa el teatro como reflejo de la incursión de don Mauro en el cine y el bombo, instrumento inseparable en el acompañamiento de aires serranenses. Justo en el centro de la caja sonora, se alza erguida la imagen de la "zapateadora serranense". Su picaresco donaire, la hace merecedora de la mujer trabajadora, profesional, madre y compañera fiel. El costado izquierdo, de la caja de resonancia, presenta los productos agrícolas y el arado como símbolo de la pujanza de un pueblo labrador de sus esperanzas y la inconfundible zampoña característica de la música andina. El clavijero sostiene a diez clavijas talladas con cada letra del nombre de Mauro Núñez. Por entre las clavijas, se desliza una cinta en perfecto decoro de un presente digno de admiración en la que resalta la frase “DE CHAPAS, SERRANO, CHUQUISACA, BOLIVIA AL MUNDO”.
El charango, que sólo puede ser tocado por tres personas al mismo tiempo, posee la certificación de ser un récord Guinness y se constituye en un verdadero atractivo artístico y cultural  para el turismo nacional e internacional.

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